Las religiones se sitúan al mismo nivel -como contexto que sustenta la forma de comprender y ver las cosas- que la ciencia. No quiero decir con esto que la religión sea más efectiva que la otra. Simplemente señalo que tanto la ciencia como la religión son construcciones culturales que dan soporte a la forma de ver la naturaleza, y son tan (in)compatibles como lo puede ser cualquier par de paradigmas que utilicemos para nuestros análisis.
Por lo tanto, desde este punto de vista, la religión se constituye como un paradigma más, utilizado por espíritus poco críticos que encuentran una estructura dogmática, invariable, que guía sus observaciones. Dichos dogmas fueron establecidos hace mucho por hombres crueles e ignorantes para sus propios fines. Hoy en día, la situación es la misma. Por eso, aquellos que están comprometidos con una iglesia, ¡grande es su pecado!.
Por otro lado, todas las religiones en general son fuente de desgracia y mucha tristeza, porque tienen la misma raíz que la crueldad: el miedo. El dolor se engendra y filtra a todos los ámbitos de la vida que el paradigma religioso pretende dar cuenta: Explicación de la naturaleza, la estructura de las relaciones, la forma de hacer o no hacer, el sexo, el amor, los (no) hijos, el trabajo, la política, etc.
En resumen, las religiones son una enfermedad nacida del miedo y fuente permanente de desgracia para los seres humanos. Tenemos que aprender a ver el mundo como es, con lo bueno y lo malo, y no temerle.
¿Y donde cabe Dios en todo esto? Simple, es un concepto que sustenta lo anterior. Es un concepto indigno de hombres libres. Luego, proclamo ¡Dios no existe! y no hay nada que hacer.
Por lo tanto, desde este punto de vista, la religión se constituye como un paradigma más, utilizado por espíritus poco críticos que encuentran una estructura dogmática, invariable, que guía sus observaciones. Dichos dogmas fueron establecidos hace mucho por hombres crueles e ignorantes para sus propios fines. Hoy en día, la situación es la misma. Por eso, aquellos que están comprometidos con una iglesia, ¡grande es su pecado!.
Por otro lado, todas las religiones en general son fuente de desgracia y mucha tristeza, porque tienen la misma raíz que la crueldad: el miedo. El dolor se engendra y filtra a todos los ámbitos de la vida que el paradigma religioso pretende dar cuenta: Explicación de la naturaleza, la estructura de las relaciones, la forma de hacer o no hacer, el sexo, el amor, los (no) hijos, el trabajo, la política, etc.
En resumen, las religiones son una enfermedad nacida del miedo y fuente permanente de desgracia para los seres humanos. Tenemos que aprender a ver el mundo como es, con lo bueno y lo malo, y no temerle.
¿Y donde cabe Dios en todo esto? Simple, es un concepto que sustenta lo anterior. Es un concepto indigno de hombres libres. Luego, proclamo ¡Dios no existe! y no hay nada que hacer.